Las micorrizas: el aliado invisible para mejorar la absorción de nutrientes y la salud del suelo

En el vasto y complejo ecosistema que constituye el suelo, existen aliados invisibles que desempeñan un papel crucial en la salud de las plantas y la fertilidad del suelo: las micorrizas. Estos hongos simbiontes se asocian con las raíces de la mayoría de las plantas terrestres, formando una relación mutuamente beneficiosa que ha evolucionado durante millones de años. Pero, ¿qué son exactamente las micorrizas, y cómo contribuyen a mejorar la absorción de nutrientes y la calidad del suelo?

¿Qué son las micorrizas?

El término «micorriza» proviene del griego mykēs (hongo) y rhiza (raíz), y describe una asociación simbiótica entre ciertos hongos del suelo y las raíces de las plantas. Existen dos tipos principales de micorrizas:

  1. Ectomicorrizas: Forman una vaina alrededor de las raíces y extienden sus hifas hacia el suelo circundante. Son comunes en árboles como pinos, encinas y abedules.
  2. Micorrizas arbusculares: Penetran las células de la raíz, formando estructuras especializadas llamadas arbúsculos y vesículas. Son las más comunes y se encuentran en una amplia gama de plantas, incluidas muchas especies agrícolas.

El papel de las micorrizas en la absorción de nutrientes

Uno de los principales beneficios de las micorrizas es su capacidad para ampliar el alcance de las raíces de las plantas. Las hifas micorrízicas, estructuras filamentosas que actúan como extensiones de las raíces, pueden explorar volúmenes de suelo mucho mayores que las raíces por sí solas. Esto es particularmente importante para la absorción de nutrientes esenciales como el fósforo, que tiende a ser poco móvil en el suelo.

Las micorrizas:

  • Incrementan la superficie de absorción de las raíces.
  • Liberan enzimas y compuestos que solubilizan el fósforo y otros nutrientes bloqueados en el suelo.
  • Mejoran la captación de micronutrientes como zinc, cobre y hierro.

Esto no solo beneficia a las plantas, sino que también optimiza el uso de fertilizantes, reduciendo la necesidad de aplicaciones químicas excesivas que pueden afectar negativamente al medio ambiente.

Impacto en la salud del suelo

Además de mejorar la nutrición de las plantas, las micorrizas desempeñan un papel clave en la estructura y la calidad del suelo:

  • Formación de agregados: Las hifas micorrízicas contribuyen a la formación de agregados estables, mejorando la estructura del suelo y su capacidad para retener agua y aire.
  • Ciclo de nutrientes: Participan activamente en el reciclaje de materia orgánica, facilitando la liberación de nutrientes esenciales.
  • Resistencia a patógenos: Las micorrizas pueden actuar como una barrera física y química contra microorganismos perjudiciales, fortaleciendo las defensas de las plantas.

Aplicaciones agrícolas y ecológicas

El uso de micorrizas en la agricultura está ganando terreno como una estrategia sostenible para mejorar el rendimiento de los cultivos y reducir el impacto ambiental. Los biofertilizantes basados en micorrizas se emplean para:

  • Promover el crecimiento de plantas en suelos degradados.
  • Incrementar la resistencia de los cultivos al estrés hídrico y salino.
  • Mejorar la eficiencia en la utilización de nutrientes.

En la restauración ecológica, las micorrizas juegan un papel crucial al facilitar el establecimiento de plantas en suelos pobres o contaminados, ayudando a recuperar ecosistemas degradados.

Las micorrizas son un componente esencial del ecosistema del suelo, que actúa como un puente entre las plantas y los recursos nutritivos disponibles en su entorno. Al potenciar la absorción de nutrientes, mejorar la estructura del suelo y contribuir a la sostenibilidad agrícola, estos hongos simbiontes destacan como aliados invisibles pero indispensables. Adoptar prácticas que fomenten su presencia y actividad es un paso clave hacia una agricultura más sostenible y resiliente.

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