Tras varios días de lluvia, los cultivos respiran… y los hongos también.
El exceso de humedad, la falta de ventilación y el estrés fisiológico de las plantas crean el entorno perfecto para que las enfermedades fúngicas y bacterianas se multipliquen. Mildiu, botritis, fusarium, phytophthora… nombres que cualquier agricultor conoce bien y que pueden reducir drásticamente el rendimiento si no se actúa a tiempo.
En este contexto, los productos biológicos de bioprotección se han consolidado como la herramienta más eficaz, segura y sostenible para ayudar a las plantas a recuperarse y defenderse de manera natural. En este artículo te explicamos cómo funcionan, cuándo aplicarlos y por qué su papel es clave tras episodios de lluvias prolongadas.
El impacto de la lluvia en la salud de los cultivos
Aunque el agua es sinónimo de vida, el exceso de humedad puede convertirse en un problema grave para la sanidad vegetal.
Cuando el suelo permanece saturado durante varios días, se reduce el oxígeno disponible en la rizosfera (zona de raíces). Este fenómeno, conocido como asfixia radicular, afecta directamente la respiración de la planta y debilita su sistema inmunológico.
Los hongos fitopatógenos, como Botrytis cinerea, Phytophthora infestans o Fusarium oxysporum, se reproducen rápidamente en ambientes húmedos y templados. Sus esporas germinan sobre las hojas o el suelo mojado y penetran con facilidad en tejidos blandos y debilitados.
Las lluvias intensas arrastran nutrientes esenciales (nitrógeno, potasio, magnesio), lo que agrava la debilidad del cultivo. Esta carencia nutricional incrementa la susceptibilidad frente a infecciones.
Todo este conjunto de factores (falta de oxígeno, menor absorción de nutrientes, proliferación de patógenos) genera un estrés fisiológico que ralentiza el crecimiento y compromete el rendimiento final.
Los enemigos invisibles: principales enfermedades tras la lluvia
A continuación, repasamos las más comunes después de periodos húmedos prolongados:
Identificar el patógeno es importante, pero reforzar el sistema de defensa de la planta es aún más crucial. Y ahí es donde entra en juego la bioprotección.
Bioprotección: recuperar el equilibrio del ecosistema del cultivo
La bioprotección se basa en el uso de organismos y compuestos naturales que estimulan los mecanismos de defensa de la planta y controlan los patógenos de forma ecológica.
A diferencia de los fungicidas químicos, los productos biológicos no buscan eliminar de golpe a todos los microorganismos, sino restaurar el equilibrio entre los beneficiosos y los dañinos.
Mecanismos de acción de la bioprotección
Estrategias de bioprotección tras la lluvia
Aplicar bioprotección después de las lluvias no solo es posible, sino recomendable. El momento y la estrategia marcan la diferencia entre salvar un cultivo o perder parte de la cosecha.
En cuanto las condiciones lo permitan (hojas secas y suelo ligeramente drenado), se recomienda una aplicación foliar o radicular de productos biológicos.
Esto permite recolonizar rápidamente las zonas vulnerables antes de que los hongos se establezcan.
El uso conjunto de microorganismos beneficiosos y aminoácidos acelera la recuperación del metabolismo vegetal.
Mientras los primeros controlan los patógenos, los segundos aportan energía y reducen el estrés fisiológico.
En entornos muy húmedos o con previsión de nuevas lluvias, conviene repetir la aplicación cada 7–10 días para mantener una población estable de microorganismos protectores.
En cultivos como tomate, pimiento, vid, olivo o frutales, donde la humedad es frecuente, se aconseja mantener un programa de bioprotección continuo, reforzado en épocas de riesgo.
Ventajas de la bioprotección frente a métodos tradicionales
Consejos prácticos para aplicar productos biológicos tras la lluvia
Bioprotección y sostenibilidad: el futuro de la agricultura
El cambio climático ha hecho que las lluvias intensas y los episodios de humedad prolongada sean cada vez más frecuentes. En este nuevo escenario, la bioprotección no es una alternativa, sino una necesidad.
Fortalecer las defensas naturales de los cultivos, regenerar el suelo y reducir la dependencia de productos químicos son las claves de una agricultura moderna, eficiente y sostenible.
Las soluciones biológicas de Biagro están diseñadas para proteger, recuperar y reforzar tus cultivos ante los desafíos del clima y las enfermedades.
Conclusión: recuperar hoy para producir mañana
Tras la lluvia, el riesgo de hongos es inevitable. Pero también lo es la oportunidad de actuar con inteligencia y sostenibilidad.
Gracias a la bioprotección, las plantas pueden recuperarse del estrés, reactivar su metabolismo y volver a crecer con fuerza, sin comprometer la salud del suelo ni la seguridad alimentaria.
Descubre la gama de bioprotectores Biagro y dale a tus cultivos la defensa natural que necesitan después de la lluvia.
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